Salimos del hotel y nos dirigimos en taxi hasta la calle Andrea Siggrou, donde se encuentran multitud de oficinas de alquiler de coches. El no haber reservado con antelación está a punto de jugarnos una mala pasada, porque son varias las agencias que nos comunican que no tienen vehículos disponibles. Probamos suerte y tenemos éxito en Kosmos, desconocida para nosotros, pero muy popular en Grecia. La dirección de la oficina donde nos atendieron muy amablemente es 5 Syngrou Ave., Athens, 117 43. Alquilamos un Peugeot 108 del año 2015, con 29000 kms. El día entero de alquiler nos sale por 45€. La aventura comienza:
La primera parada es en el Canal de Corinto. Si quieres ampliar la información sobre esta obra de ingeniería que separa la Hélade del Peloponeso, te recomendamos la lectura del post correspondiente en el blog Diario de un turista.
Nuestra siguiente parada es la más esperada del presente viaje: la visita a la antigua civilización de Micenas. En su célebre libro Historia de la antigüedad, Paul Petit concluye que "la civilización aquea es, en suma, más interesante por su papel histórico que por su propio encanto. Más violenta y rudimentaria que la cretense, sin duda por ser más militar, es, sin embargo, la primera civilización griega y tuvo el mérito de recoger y transmitir, a través de los desórdenes provocados por los dorios, las tradiciones de Creta. Gracias a los poemas homéricos, esta «edad de los héroes» embellecida y deformada por leyendas de las que, al parecer, ninguna está totalmente desprovista de fundamento histórico, ha obrado profundamente sobre el pensamiento griego" (op. cit., pág. 53).
Fue emocionante el momento de contemplar la Puerta de los Leones y percibir como creíble el mito de las murallas ciclópeas, según el cual rocas de tales dimensiones solo pudieron ser acarreadas por criaturas mitológicas sobrehumanas como los cíclopes, que habrían ayudado al propio Perseo a construir una muralla que haría invulnerable la ciudad. Dando un salto en el tiempo, el nombre de Micenas va unido al de Heinrich Schliemann, padre de la arqueología moderna (aquí puedes leer su biografía y conocer más de él)
y, a la postre, descubridor de la ubicación y los restos de la Troya de
Homero, en una provincia de la actual Turquía. Pero si hoy lo traemos a
colación es por las excavaciones que emprendió en 1876 en Micenas y que
culminarían con los hallazgos sin igual de la llamada Máscara de
Agamenón y el Tesoro de Atreo. En la siguiente foto, que hemos tomado del blog Esto sí es una pipa, la autora dedica el post a la Puerta de los Leones, cuya lectura recomendamos para profundizar en su conocimiento.
Después de esto, recorrimos la enorme superficie que ocupaba la ciudad e imaginamos las dimensiones y envergardura de los edificios que levantaron en un lugar tan inaccesible como lo alto de una colina, admiramos el prodigio de ingeniería civil que suponen las cisternas de almacenamiento de agua (recomendamos llevar una linterna para poder descender los peldaños que llevan a su interior, algo que hará las delicias de los más peques). Por último, reservad tiempo para el Museo Arqueológico, porque en él se hallan algunos de los tesoros más impresionantes de la antigüedad griega: entre los que destacan algunos objetos de oro como la simpar Máscara de Agamenón y una colección de vasijas, ánforas y cerámicas que representan algunos de los mitos que se popularizaron con Homero. En Micenas, efectivamente, tiene su inicio la dinastía de los Perseidas: a Perseo le sucedieron su hijo Estenelo y su nieto Euristeo. Y tras los Perseidas fueron los Pelópidas o Átridas los que reinaron Micenas. Tras la maldición de Pélope, sus hijos Atreo y Tiestes se refugiaron en Micenas.
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