viernes, 2 de noviembre de 2007

ERNESTO CHE GUEVARA, PRESENTE

El editorial publicado en el periódico EL PAÍS el día 10 de octubre de 2007 bajo el título de Caudillo Guevara, con motivo del cuadragésimo aniversario de la muerte del Che, intenta despreciar los valores y la revolución que llevaron a cabo un grupo de personas con comunes ideas basadas en el marxismo y en las teorías de liberación latinoamericana de Simón Bolivar y José de San Martín. Entre ello hace mayor hincapié en la figura de Ernesto Guevara y compara sus ideas con las ideas de grupos terroristas como la Yihad islámica, que se basan como principio en teorías religiosas islámicas, y por lo tanto infundamentadas.
La idea de hacer una revolución violenta el propio Guevara la argumenta así: “El inicio de una revolución violenta no parte de los revolucionarios sino de las resistencias que opongan las fuerzas reaccionarias”. Así mismo explica como la propuesta es forzada por las fuerzas de opresión. El claro ejemplo de triunfo de esta revolución utópica es la que se llevó a cabo en Cuba, ya que en la Cuba del gobierno de Batista había hambre y analfabetismo en el pueblo cubano, siendo Cuba para los Estados Unidos un gran burdel y un casino donde poder apostar.
La triunfante y necesaria revolución fue como un “hechizo mágico” para la Cuba que tendría que renacer. Claro está que todo sistema después de mucho tiempo con pocas innovaciones en su esqueleto interno y de una concentración de poder demagógico se termina corrompiendo; este fracaso es atribuible al autoritarismo de Castro y mayoritariamente al bloqueo internacional que sufre Cuba hoy en día.
El Che y su revolución despertaron inquietudes de lucha y de esperanza de conseguir “un mundo mejor e igualitario” en todo el mundo. Toda lucha lleva consigo mucho sacrificio y pérdidas en el camino de vidas no anónimas que con su existencia ayudaron a cambiar la sociedad.
En el sistema que nos somete hoy en día, el capitalista, toda excusa es buena para hacer negocio. Así, la figura del Che se ha convertido de un icono intelectual y libertario en un icono comercial más; podemos encontrar numerosos artículos con su imagen vendidos en tiendas que mayoritariamente no buscan la conciencia social de la población sino una forma más de conseguir dinero.
Victoria Serrano Palero

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