Hay entre este post y el
anterior una hilazón que está entre la casualidad y nuestras preferencias
culturales de ocio para estas más de 7 semanas ya de confinamiento
obligatorio. Nos referimos al dedicado a Pagagnini, de Ara Malikian
e Yllana, Sin duda ninguna, el maravilloso montaje de Pagagnini
tiene un referente de lujo en los espectáculos de "Les Luthiers",
desde sus inicios hace décadas.
En El
País, Álex Grijelmo, que escribe una colaboración en la edición dominical
donde, digno heredero de aquel "El dardo en la palabra", de Fernando
Lázaro Carreter, se ocupa de señalar algunas incorrecciones en el uso de la
lengua castellana y vela porque seamos mejores hablantes y tratemos con mimo a
nuestro idioma, el pasado domingo, día 26 de abril, dedicaba un artículo extenso a los geniales Les Luthiers y a su
trayectoria larguísima desde 1967 con la creación de numerosos espectáculos
artísticos donde combinan humor, música y fabricación de instrumentos entre
extravagantes y disparatados. Entre las
razones que le llevaron a elegir el tema está la muerte reciente de Marcos
Mundstock el pasado 22 de abril, por lo que los componentes del grupo están de
luto. Mientras pasa el duelo, Johann Sebastian Mastropiero espera que alguien
lo resucite para seguir llevando por el mundo esa conexión mágica con el
público que les ha acompañado desde décadas.
Este
espectáculo fue estrenado en 1999, y disfrutamos en él del quinteto canónico de
Les Luthiers, antes del fallecimiento de Daniel Rabinovich (en 2015) y del
mencionado Marcos Mundstock, hace apenas unas semanas. Precisamente estos dos
artistas hacen gala de una química entre ellos envidiable y podemos señalarnos
como nuestros favoritos. Ya desde la pieza inicial, "Lo que el Sheriff se
contó", parodia de las películas del Lejano Oeste al estilo
"luthiers" encarnan los papeles principales del sheriff Benson y
Rick, el forajido.
También
muy divertida es la "Loa al cuarto de baño", donde el grupo, como en
tantos de sus espectáculos, vuelve a sus orígenes interpretando una pieza
musical estrambótica con instrumentos fabricados a partir de una tapa de váter,
un bidé, una ducha y una caldera o termo de baño. Se rinde homenaje a esa sala
de la casa donde "se respira un aroma a cultura, porque se escribieron no
pocos libros y se leyeron muchísimos más".
Carlos
Núñez Cortés lleva la voz cantante en las distintas fases de la Serenata a
Cristina, de la tímida (o pusilánime) inicial, a la intimidatoria, pasando por
la astrológica.
Los ya
mencionados Rabinovich y Mundstock llevan las riendas del "sketch"
Radio Tertulia, donde se escucha "nuestra opinión y la
"tulia"", que incluye una entrevista desternillante al grupo
musical "London Inspection", traducido como "Londres en el
pecho", donde tras la presentación siguen unas preguntas cuyas respuestas
en inglés son traducidas un poco de aquella manera, si se tiene en cuenta que
ninguno de los presentadores de la "emisión radial" tiene el menor conocimiento de la lengua inglesa.
Los
momentos de mayor altura se alcanzan cuando los cinco músicos unen su talento.
Finaliza el espectáculo con el número coral antes del cual se lucen Jorge
Maronna y Carlos López Puccio con la pieza "Los jóvenes de hoy
en día (RIP al rap).”
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