Aprovechando la cita de Frankfurt (verdadero centro del comercio del libro en este mundo globalizado), nos parece oportuno aconsejar algunas lecturas para conocer un poco más el panorama editorial en España en las últimas décadas.
Afortunadamente a los editores españoles les ha dado por escribir sus memorias, lo que nos ayudará no poco en la tarea que nos hemos propuesto.

Comencemos por Esther Tusquets, directora hasta época reciente de la editorial Lumen (que fue vendida a un grupo editorial poderoso, el pez grande se come al chico frecuentemente) y autora de Confesiones de una editora poco mentirosa (Barcelona, RQUER Editorial, 2005): esta editora y últimamente novelista de éxito, procedente de una familia acomodada de la burguesía barcelonesa, cuenta el origen casual de su tarea editorial, más como divertimento que como proyecto profesional. En efecto, el grupo de jóvenes que conformaron la "gauche divine" catalana, mezclaron trabajo y amistad en la edición de una serie de títulos y colecciones. En sus páginas aparecen nombres como Jorge Herralde, Carlos Barral y el nacimiento de la editorial Tusquets, fruto del trabajo del matrimonio formado por Óscar Tusquets y Beatriz de Moura (una de las grandes popes de la edición castellana en el momento).

El libro Por orden alfabético. Escritores, editores, amigos (Barcelona, Anagrama, 2006), de Jorge Herralde no es propiamente un libro de memorias, sino una compilación de presentaciones, prólogos, conferencias y textos escritos ad hoc por esta figura central de la edición española que se ha prodigado poco como escritor pero puede presumir de tener en su agenda nombres como Álvaro Pombo, Vila-Matas, Rafael Chirbes, José Antonio Marina, mi idolatrado Roberto Bolaño y autores en lengua extranjera de la talla de Kapuscinski, Tom Wolfe, Julian Barnes o Claudio Magris. A través de estos primeros espadas (valga el término taurino), repasa Jorge Herralde su actividad editora al frente de Anagrama desde sus tímidos inicios en la Barcelona de la "gauche divine" que guerreaba contra los últimos coletazos del franquismo hasta el rotundo éxito actual de la editorial.

Alejándonos de Barcelona, pero no mucho, citemos "last but not least", al argentino Mario Muchnik con su obra Lo peor no son los autores (Madrid, Taller de Mario Muchnik, 2007). En esta obra, cuyo autor subtitula Autobiografía editorial, se recogen las experiencias de un todoterreno de la edición en España, un ser libérrimo, avefénix de las letras españolas que ha salido por la puerta de atrás de Seix Barral y de Anaya, ha fracasado en el empeño de levantar su propia editorial: Mario Muchnik y actualmente trata de sobrevivir con el experimento Taller de libros de Mario Muchnik. A este editor debemos uno de los testimonios más esclarecedores sobre la política de premios de las editoriales en España, en concreto, el Premio Planeta. La anécdota puede consultarse en el suplemento El Cultural del periódico El Mundo y tiene como actores a Fernando Lara, Juan Benet, Pere Gimferrer y el mismo Muchnik.
Nos despedimos recomendando un artículo del profesor de la Autónoma de Barcelona, Andrés Murillo sobre el panorama editorial en España, la necesidad de reconocer a Barcelona como capital editorial del reino sin competencia posible de Madrid y la sugerencia de fijar la Ciudad Condal como sede permanente del Salón del Libro español, Liber.