lunes, 18 de marzo de 2024

Historia de la Antigua Roma 3

 

 

Cincinato abandona el arado para dictar leyes a Roma (1809), de Juan Antonio Ribera.

https://www.museodelprado.es/coleccion/obra-de-arte/cincinato-abandona-el-arado-para-dictar-leyes-a/4bab2a1d-efac-4ed7-bd79-034365bea7ff

Según el pódcast Roma Aeterna, de Ibán Martín, en el 493 a. C. Roma marchó contra los volscos y la ciudad volsca de Corioli. Se destacó en la batalla Cayo Marcio, un patricio que en  la rebelión de la plebe se había puesto del lado de sector patricio más intransigente, comandado por Apio Claudio Sabino. Su actuación heroica en la batalla le adjudicó el cognomen de Coriolano. Pero este triunfo se vio empañado por su actitud en una nueva crisis provocado por la peste y la ausencia de trigo, que provocó hambre. Los patricios más intransigentes, Coriolano, Apio Claudio y otros, querían aprovechar la desesperación de la plebe y venderles el trigo barato a cambio de que renunciaran a privilegios recién obtenidos como la figura del tribuno de la plebe. En la revuelta, se ordenó la detención de Coriolano, él se resistió, los ediles que pretendían detenerlo fueron rechazados y agredidos por los patricios más exaltados. Como resultado, Coriolano fue juzgado por rebelión contra los magistrados (ediles y tribuno de la plebe) y, como consecuencia, condenado a morir arrojado desde la Roca Tarpeya.

En esta ocasión toca hablar de Lucio Quincio Cincinato, de la gens Quintcia. La primera vez que se menciona a este patricio es a causa de su hijo, Cesón, quien como cónsul había tenido numerosos enfrentamientos con la plebe en el contexto del conflicto de los órdenes, porque se negaba a concederles la ley agraria que supusiera un reparto de tierras a los menos favorecidos.  La plebe no olvidó esta actuación estricta y promovió un juicio contra él, acusándole de haber matado de un puñetazo a un ciudadano romano. Marco Volscio Fictor, tribuno de la plebe, le acusaba personalmente de haber matado a su hermano. Como la actuación de los tribunos de la plebe era irreversible, viendo que iba a ser condenado a muerte, huyó. Y ahí es donde entra en juego la figura de su padre, Lucio Quincio Cincinato. Como era su fiador, debió vender sus propiedades para resarcir a Roma por la fuga de su hijo y se empobreció. Se trasladó al otro lado del Tíber donde vivía cultivando él mismo las tierras de donde obtenía el alimento.

Fueron muchos los patricios que resistieron las presiones de la plebe para aprobar estas leyes. Entre ellos, Apio Claudio Craso que había suscitado el rechazo de la plebe al oponerse a esta ley y, cuando fue nombrado cónsul en el año 471 a. C., y mandó una expedición militar contra los enemigos de Roma (los ecuos y los volscos en este caso), sufrió una derrota a causa de que los soldados romanos se dejaron vencer como fruto del descontento. Apio Claudio volvió a Roma y organizó la primera “decimatio” que se conoce, castigo consistente en ejecutar a uno de cada diez soldados (elegido a suerte) para escarmentar al ejército por una acción indigna, como retirarse del campo de batalla, o no seguir las instrucciones de sus superiores, así se recoge en Wikipedia.

En el año 460 Apio Herdonio Sabino, al frente de los refugiados políticos y de 2500 esclavos se apoderó de la Ciudadela y del Capitolio. Con la ayuda de Mamilio, procedente de Túsculo, se liberó la Ciudadela. En el transcurso de la acción murió el cónsul Publio Valerio. Y el otro cónsul, Cayo Claudio, resistió las presiones de la plebe de aprobar la nueva ley agraria y cuando en diciembre, se eligió cónsul, la persona elegida fue Lucio Quincio Cincinato.

En el 458 a. C. siendo cónsules Lucio Minucio y Cayo Naucio, ecuos y volscos montaron una expedición contra Roma y se volvió a recurrir a Cincinato, esta vez con el cargo de Dictador. Tenía un plazo de 6 meses y se resolvió en 16 días. Con firmeza y con inteligencia, pacificó a los enemigos y obtuvo condiciones ventajosas para Roma, sin tener que pagar un coste militar por ello. La República le estaba más que agradecida por los servicios prestados. A ello se unió que se había demostrado que Volscio efectuó falso testimonio al acusar al hijo de Cincinato de matar a su hermano. Se pudo demostrar que el hermano de Volscio murió de enfermedad y que cuando murió, el hijo de Cincinato no se encontraba en la ciudad. En agradecimiento se le pidió que continuara en el cargo como cónsul y para resarcirle del daño que la República le había causado, que aceptara recompensa de tierras, parte del botín de guerra, recuperar los bienes que le habían confiscado con anterioridad. Pero él se negó y se volvió a cultivar sus tierras y vivir en la sobriedad más absoluta.

Programa 30 del pódcast Roma Aeterna, de Ibán Martín. El “decenvirato y las 12 Tablas”.

Se habla aquí de los hechos sucedidos desde el año 456 a. C., primero, luego en el 454 a. C. Por esas fechas se envía una comisión a Grecia a examinar las reformas de Solón y ver si son aplicables a Roma. Las tienen en cuenta pero descartan, como en Grecia, aplicar la exención de la esclavitud por causa de deudas contraídas.

En este periodo Atenas está en su periodo álgido, se trata de la Atenas de Pericles y Roma quiere aprender de las ciudades más sobresalientes de su época.

Para redactar las leyes pendientes, el poder de los cónsules de ese año, se sustituye por el de los decenviros, que redactan las 10 tablas donde se recogen las principales normas tradicionales del derecho romano. Pero el trabajo no estaba concluido, por eso se pide una prórroga para terminar las dos tablas restantes. En esta prórroga el ya mencionado Apio Claudio tendrá un protagonismo negativo. Se hace rodear cada uno de los decenviros de 12 lictores, por 10 decenviros, son 120 lictores. El Foro Romano, espacio de diálogo, se convertía en un lugar de intimidación y amenazas para los senadores y para la plebe.

Programa 31. La muerte de Virginia. Cuentan que el fin de esta época lo precipitó el apetito lúbrico de Apio Claudio, jefe de los decenviros, en un episodio que recuerda la violación de Lucrecia. Virginia era hija del centurión Virginio, una familia plebeya, bellísima, en edad casadera, prometida ya a un plebeyo de buena familia. Apio Claudio prendado de ella, intentó seducirla y que ella accediera a sus deseos (como no eran posible las uniones entre patricios y plebeyos, el matrimonio no era una opción). Apio Claudio maniobró para intentar secuestrar a Virginia para gozar de ella. Primero envió a Virginio fuera de Roma en misión militar, después de que la chica se quedara sola (Virginia era huérfana de madre), organizó con su aliado Marco Claudio una estratagema, según la cual Marco quien trató de llevarse por la fuerza a Virginia, alegando que no era hija de sus padres, sino de una esclava suya que le había engañado escondiendo el fruto de su vientre y entregándola a los padres de Virginia para que la adoptasen. Como amo de la esclava, alegaba Marco Claudio que le correspondía la propiedad de la hija de su esclava. Todo era falso, muchos testimonios daban fe de que los padres de Virginia, no eran adoptivos, sino naturales, y que habían visto a la madre de Virginia embarazada de su hija antes de que esta naciera. Apio Claudio que ejercía la justicia ese día de forma premeditada, dictó sentencia a favor de Marco Claudio. Virginio, cuentan, se despidió de su hija con un abrazo y en ese momento, sacando un cuchillo escondido bajo su toga, lo clavó en el vientre  de su hija mientras decía: “Te libero, hija mía, de tu destino funesto de la única forma que sé”.

Fabio Píctor fue un historiador romano del siglo III a. C. que escribía en griego. La versión de Tito Livio se apoya en su relato. Fue tal vez el de Virginia fue un personaje inventado para justificar la rebelión de la plebe contra la tiranía de los decenviros. El caso es que  esta rebelión se produjo en el año 449 a. C. y tuvo importantes consecuencias. Apio Claudio entró en la cárcel mientras esperaba juicio, apareció muerto en su celta. ¿Se suicidó allí o fue asesinado por orden de los tribunos de la plebe, o por algún preso resentido contra él? El resto de los decenviros sufrieron un final menos violento. Fueron desterrados.

Lo que quedó de esta época del decenvirato fueron las 12 Tablas, como un texto sacrosanto, base del derecho romano desde ese momento y para la posteridad.

 

 

Archivo:Francesco de Mura - The Death of Virginia - WGA16343.jpg - Wikipedia, la enciclopedia libre

En el programa 29 de Roma Aeterna se habla de las deidades domésticas. Lares, manes, penates. Según la versión de Ovidio, Júpiter estaba enamorado de la ninfa Yuturna, hermana de Turno, rey de un pueblo itálico que combatió con Eneas. Como cada vez que la perseguía, ella le rechazaba y huía, persuadió a las náyades de que cortaran el paso e impidieran la huida de Yuturna. Pero una de ellas, la ninfa Lara (o Lala en latín arcaico) se lo contó todo a Juno y Júpiter indignado con ella por delatarlo ordenó que le arrancaran la lengua para que no pudiera volver a hablar. Mercurio la violó y como consecuencia de ello nacieron los lares, dioses protectores del hogar. Los manes son las deidades procedentes de los familiares fallecidos, que protegían al hogar de los miembros vivos de las familias. Los penates son pequeñas deidades domésticas que se encargan de proteger la despensa, los alimentos. Por último se encargan de las deidades más curiosas, los genios.

Historia de la Antigua Roma 3

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